La esencia de Ramen Naru reside en su plato. Al sumergirte, eres inmediatamente recibido por un caldo robusto y sabroso combinado con fideos perfectamente elásticos. La salsa para mojar tiene toques de yuzu y dulzura, y los fideos en sí son tan buenos que no podrás dejar de comer. Cada tazón está elaborado con dedicación, lo que refleja décadas de tradición e innovación culinaria.
Pero no es sólo el evento principal lo que captura el corazón. Las guarniciones y acompañamientos, cada uno con su propio estilo distintivo, añaden capas a la experiencia gastronómica. Desde el delicado gyoza hasta el tentador karaage (pollo frito), cada bocado es una revelación.
Si quieres probar este restaurante, prepárate para hacer cola antes de que abra. Una vez dentro, un empleado le mostrará el menú. Puedes elegir entre varias opciones, incluidos tsukemen más caros con aderezos adicionales. El tsukemen especial cuesta ¥1.000 y puedes elegir la cantidad de fideos que quieras. Una vez que haya hecho su elección, compre un boleto en la máquina expendedora.
Una característica destacada de Ramen Naru es su compromiso de utilizar solo los ingredientes más frescos. Cada componente, desde las verduras cuidadosamente seleccionadas hasta los mejores cortes de carne, habla de esta dedicación a la calidad. Este compromiso es palpable en cada bocado, lo que hace que la experiencia gastronómica sea realmente memorable.
En una ciudad repleta de opciones culinarias, Ramen Naru se ha hecho un hueco. No se trata sólo de comida; se trata de una experiencia, un viaje a través del rico tapiz del patrimonio culinario japonés.